Escultura, Arte y Música

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viernes, 30 de marzo de 2012

Una realidad más

Un pintor cuando decide realizar un cuadro tiene un trabajo previo. Tras la idea y bocetos, prepara el lienzo o el soporte donde va a incorporar unos materiales como el óleo, acrílico o cualquier otra técnica que considera oportuna para crear esa idea. Pasa horas, muchas horas, delante de un proyecto que un día dará por terminado. Ha tenido un gran esfuerzo mental y ha ejecutado con maestría una técnica adquirida en su formación y por años de experiencia. El resultado es tan bueno que considera presentarlo a un concurso de artes plásticas. Las medidas de su obra son de 200x200cm.
No muy lejos del estudio del pintor, se encuentra el taller de un escultor que decide presentarse al mismo concurso, pues está abierto a cualquier disciplina artística.  
El escultor también realiza unos bocetos previos, decidiendo que su escultura la realizará en acero cortén. Este necesita para empezar, aparte de la chapa de metal y elementos estructurales, un equipo de corte y de soldadura. Materiales como discos de corte, abrasivos y pulido, electrodos o bovinas de hilo continuo, cargas de oxigeno, acetileno, argón… En definitiva, un equipo de herramienta y materiales que no son precisamente baratos.
Me daría igual que el escultor decidiera hacer su obra en bronce u otro material, generalmente el gasto económico invertido por el escultor suele ser mayor, aunque la obra tenga menos dimensiones que la pintura.
El escultor cuenta con unos riesgos físicos debido a la herramienta que utiliza.
La medida de la escultura que ha creado es de 180x140x100cm.
Ambos tienen que presentar su obra a unos 300 Km. de sus estudios. El primero embala el cuadro en plástico de burbujas y hace una caja de madera para proteger el cuadro, y lo envía por agencia de transporte.
El escultor en este caso no necesita embalar la obra, pues la llevará personalmente. Ha tenido que alquilar una furgoneta.
En las bases del concurso se dice que el material y las medidas son libres y el montante del premio asciende a 12000€.
Hasta aquí todo perfecto, los dos artistas han decidido libremente presentarse a esta convocatoria con sus consiguientes gastos y aceptando las bases.
Ahora viene la realidad.
En un porcentaje muy alto el pintor tendrá más probabilidades de ganar el premio. La razón no la sé.
Entre las obras presentadas a este tipo de concursos, con seguridad habrá menos esculturas, debido en parte, a que los escultores saben que sus posibilidades son más escasas que las de los pintores.
¿Por qué se valora menos la escultura que la pintura en este tipo de concursos?
Si las dos tienen muy buena calidad, ¿por qué la pintura?
Los dos artistas han estudiado lo mismo, tienen la misma experiencia y su esfuerzo mental ha sido similar. ¿Quién ha tenido más gasto económico a la hora de realizar la obra?
En muchas ocasiones el escultor no puede ni presentarse a ciertos concursos, pues el gasto que requieren algunas obras supera con creces el valor del premio.
En mi caso prefiero presentarme a concursos de escultura, aunque a veces no te queda más remedio que participar en los de artes plásticas, debido a que cada vez hay menos de mi especialidad.
Lo que no me parece justo, es que cuando una entidad convoca un certamen de este tipo, sea la escultura la hermana menor.
Otro caso más sangrante aún, es cuando desde un mismo ayuntamiento o empresa se convoca un certamen de pintura y otro de escultura. En la mayoría de los casos el valor económico del premio de pintura supera al de escultura. ¿Por qué?
No me invento nada, y los escultores saben muy bien que tristemente es así. Lo que me gustaría, es que por lo menos se tratara por igual a ambas disciplinas.
Quien convoca decide los premios que quiere otorgar, eso está claro, pero un buen amante del arte no debería hacer distinciones, queriendo a la escultura y a la pintura como un padre quiere a todos sus hijos por igual.

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