Escultura, Arte y Música

Escultura, Arte y Música



lunes, 26 de marzo de 2012

Arte urbano I

Convivir con el arte desde pequeño, hace de este, una cosa normal y habitual en nuestras vidas.
Últimamente vemos en las ciudades cantidad de esculturas que se sitúan en rotondas, como elementos decorativos urbanísticos. Esculturas que distraen al conductor y entorpecen la visión de la calzada. Con esto no quiero decir que no se deban instalar allí, a lo que me refiero, es que no tienen por qué colocarse todas las esculturas en esos lugares. Plazas, jardines, parques o zonas peatonales hacen que escultura participe del paisaje urbano, haciéndose cómplice del ciudadano.
Para un escultor es una satisfacción que una obra suya pueda ser tocada y contemplada sin prisas.
Existen innumerables esculturas situadas en rotondas que vemos de paso, pero realmente no las hemos observado. Hacer la prueba, “colaros” en una rotonda y mirar detenidamente lo que tenéis delante, rodear su volumen, mirar a través de ella y descubriréis una escultura nueva.
Está claro que hay esculturas que encajan perfectamente en dichas rotondas, estas por lo general han sido diseñadas para ese espacio, lo que es un error, es pretender que una obra que no ha sido concebida para un espacio en particular “funcione”. Dicha escultura podrá ser muy buena, pero “faltará algo”.
Hoy, como todos los días he pasado con el coche por delante de una escultura que se encuentra en un parque público y he visto a unos niños jugando bajo ella. Observo en otras ocasiones que esa escultura, se convierte en cobijo para una pareja de jóvenes ante miradas indiscretas. Forma parte de un lugar público, es accesible, se puede tocar y disfrutar de su ubicación.
Uno de los objetivos se ve cumplido. Esos niños se harán mayores, serán ingenieros, funcionarios o electricistas, ¡que más da! Quizá alguno sea escultor, da igual.
Recordarán que jugaban en aquel lugar, que fue punto de encuentro, o que esa escultura fue cómplice de su primer beso.
Somos como esponjas, asimilando todo lo que vemos. A algunos de aquellos niños sus padres no les llevaran nunca a ver una exposición y no tendrán en su casa ese ambiente artístico, que otros hemos tenido la suerte de tener. Ese patrimonio urbano sumado a esas excursiones al museo de su ciudad con el colegio, les ayudaran a ir teniendo ese gusto por el arte y tendrán la fortuna de verlo (como les pasa a mis hijos), con absoluta normalidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario