Escultura, Arte y Música

Escultura, Arte y Música



viernes, 31 de enero de 2020

CONTRAPORTADA Tiempo para el arte



Un oasis, una parada en la que descansas tras un largo viaje, un extraordinario refugio donde tienes la oportunidad de respirar profundamente, recapacitar, pensar sobre el camino recorrido para mirar al futuro, un lugar para compartir todo aquello que guardas en lo más profundo de tu ser.

Estos respiros, pausas y oasis con los que me he tropezado últimamente, son parte de un viaje, un tránsito entre la materia y el concepto, un camino que toda persona, con independencia de su actividad debería recorrer. Un argumento necesario para hacerte preguntas y encontrar respuestas, para dar sentido a una vida, pues sin él, la vida de uno, nunca será completa.

Esa parada, ese oasis o tránsito, ese claro en el bosque, como lo quieras llamar, nunca es tiempo perdido, porque te hace reflexionar sobre tu propia experiencia y sobre tu obra. No es tanto el teorizar, sino expresar, pues nosotros somos los que estamos en pleno contacto con ella.

El viaje continuará mientras el arte siga vivo, siempre que haya alguien que busque en el pasado y en el presente, todo lo creado por el ser humano, bien sea arquitectura, música, teatro, literatura, cine, pintura, grabado, fotografía…y por supuesto escultura.


 
TIEMPO PARA EL ARTE
 
 
 

lunes, 27 de enero de 2020

A una encina verde


Cuando uno se embarca en un proyecto de este tipo, no lo hace por casualidad ni por capricho.

Nacer en un ambiente, donde el arte siempre ha estado presente, influye en tus tempranas decisiones. He tenido la suerte de ser el menor de ocho hermanos, cada uno diferente, pero todos con una cierta sensibilidad hacia lo bello.

Podía haberme dedicado a cualquier otra profesión, haber hecho otras cosas muy diferentes y alejadas de mi actividad, pero hubo algo que me atrapó en este mundo de lo necesario, que son las artes plásticas.
Pude haber nacido en otro ambiente, pude haber tenido otras amistades, estudiar otras cosas, o simplemente no haber hecho nada.

Fue mi decisión, y no me arrepiento. Me embarqué en un proyecto de vida difícil, en soledad, donde todo lo relacionado con la cultura, apenas se le da importancia. He luchado durante años para consolidad mi obra, sorteando dificultades y aprendiendo de ellas, me he aferrado a un sueño, pero todavía queda mucho por aprender, aunque el camino nunca es fácil.

Podía haber llegado más alto si hubiera hecho otras cosas, o simplemente si hubiera prostituido mi obra. Esa no era una opción, y continué luchando…

De una u otra forma, sigo trabajando en mi sueño y afianzando mi lucha.

No es tan diferente el uso de diferentes materiales y herramientas, si la meta es tu obra. Da igual usar unas gubias, un equipo de soldadura, un cincel o un teclado de ordenador, porque al fin y al cabo, lo importante es la obra en general.

Aunque los años pasen, nos veamos fuertes, con arrugas y pequeños brotes bajo nosotros, siempre estaremos verdes…
 
 
 
A una encina verde "Serrat"