Escultura, Arte y Música

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domingo, 18 de marzo de 2012

Preguntas...

¿Te has planteado alguna vez, quien, o qué se esconde tras ese cuadro que tanto te gusta?
Ese cuadro del que presumes ante tus amigos, que tienes en el mejor lugar de tu casa y que cuando pasas a su lado cada vez te gusta más.
Te quisieron dar el doble de lo que pagaste, más dos obras del mismo autor y no aceptaste. Le tienes mucho cariño ¿verdad? Es la mejor inversión que has hecho, aunque no sea un pintor reconocido. A ti te gusta el cuadro, verlo te relaja, te satisface.
Lo tiene que haber pintado una persona con gran sensibilidad.
Y si ahora yo te digo, que lo pintó un delincuente, con más de quince violaciones en su historial. ¿La cosa cambia?
No han cambiado los colores ni sus proporciones, está en el mismo lugar, incluso hoy tiene la iluminación perfecta. ¿Es el mismo cuadro?
¿Si somos conscientes que otro artista trabaja bajo los efectos de estupefacientes, pero su obra es formidable? ¿Cómo la valoramos? ¿Es más recomendable rechazar sus pinturas? O por el contrario, ¿Nos hacemos cómplices de su toxicomanía?
Aquel pintor hiperrealista utiliza métodos de impresión digital para realizar su obra, tú no lo sabes, su obra te fascina. Al cabo de un tiempo lo descubres, ¿te deja de gustar?
La última exposición que me recomendaste, y que yo a su vez recomendé, resultó ser de un tipo que maltrataba a su mujer. ¿Qué hacemos con su obra?
Vemos unos cuadros bastante malos, sin ningún valor artístico. Los rechazamos, pero, los realizaron los alumnos de una asociación de jóvenes con discapacidad. ¿Cambiamos nuestra opinión?

Preguntas, preguntas y más preguntas.

En una obra de arte ¿qué debemos valorar? ¿Lo que vemos? ¿Lo que hay detrás? ¿Todo?

Qué difícil es…

6 comentarios:

  1. Complicada pregunta. De lo que si estoy seguro es que la obra se verá con distintos ojos.
    Un abrazo

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  2. Nadie es perfecto, y nada tenemos nuevo bajo el sol. Seguramente la contemporaneidad de los autores, de los que pintaron nuestros cuadros, nos haga pensar y hasta plantearnos o repudiar su obra porque todos somos influenciables, y no deja de ser un atenuante la personalidad del autor. Pero lo que para unos es un estímulo para otros es sencillamente detestable. Todo depende de nuestro sistema de valores.
    Te has planteado a cuantas personas mató Il Caravaggio?

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  3. Muchas veces es mejor quedarte ahí, en la visión de la obra, así no te llevarás sorpresas desagradables. No me he planteado lo de Caravaggio, como tampoco me planteo si quien puso el carburador de mi coche era una persona respetable o no. Mi coche funciona en parte gracias a él y su profesionalidad.
    Un saludo

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  4. Efectivamente a algunos no les importa si el Valle de los Caídos fue construido por presos políticos torturados y mal alimentados de los que muchos murieron. A algunos no les importa que Caravaggio fuese un asesino, Dalí un traidor que denunció a sus amigos y apoyó a Franco en plena dictadura, o Einstein un maltratador de su mujer. El argumento suele ser el de que "las obras quedan las gentes se van". Es decir los objetos antes que las personas. La estética por encima de la ética. Por eso la acuarelas de Hitler se revalorizan. Por eso los narcos colombianos hicieron subir la cotización de Botero. Por eso el mercado de los objetos de arte es un refugio del dinero negro. Pero a algunos no les importa. ¿Y a ti?

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    Respuestas
    1. Cuando contesto a esta pregunta, no me planteo si conozco o no al interlocutor, o si se llama realmente así. Lo hago y ya está. En cuanto a lo del Valle de los Caidos, ni me gustael entorno, y mucho menos como se hizo, pero... Las piramides de Egipto la srealizaron también esclavos y no precisamente muy bien tratados. Por eso ¿nos tienen que dejar de gustar, e incluso admirar? No es que el tiempo lo cure todo, si tuviesemos familiares cercanos que murieron en la construcción del antiguo Egipto no pensariamos igual. Claro que me importa quien realiza una obra e incluso sería capaz de destruir una obra si quien la creó fuese un canalla. El tiempo y la historia hacen cambiar muchas cosas, incluso nuestra manera de pensar en ciertos aspectos. A veces, tristemente es mejor no saber ciertas cosas para no llevarte so`presas.
      Un saludo Anónimo

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