Revisando archivos me he encontrado con unas
fotos de unas esculturas que hice hace algún tiempo. Se trata de una serie de
esculturas realicé tras la catástrofe del Prestige. Con anterioridad ya había
pensado en realizar alguna obra sobre los desastres ecológicos. Quizá, el encallamiento
del Mar Egeo en las costas gallegas en 1992 fuera el detonante de la idea, pero
no fue hasta el 2002 cuando esa idea comenzó a materializarse.
Aquella tragedia cambió la manera de plasmar
en metal, una serie esculturas que representaban aves de todo tipo. Quien
conoce algo mi obra, ha visto esos “Pájaros”, o las series de “Iniciación al
vuelo”. Eran esculturas con una cierta ligereza visual, a pesar de estar
realizadas en metal. El pájaro como símbolo de ser libre, sin ataduras ni
frenos de ningún tipo. Sus alas, presentes físicamente o no en la obra marcaban
un ruta, una dirección.
Bien, todo esto se me vino abajo cuando observaba
parte de las consecuencias producidas por estos sucesos.
Veía gaviotas y otros pájaros cubiertos de
una masa negra que los confundía con el entorno, Se distinguían cuando trataban
de moverse torpemente, eran unas imágenes que te hacían pensar, y no solo por
esa pérdida de movimientos del ser libre por excelencia. La torpeza, la
inconsciencia, y por qué no decirlo la gilipollez humana, estaba y está
destrozando un entorno que es de todos.
Volviendo a “mis pájaros”, estos cambiaron su
estructura física, y ahora ya no eran ligeros, en ellos había algo que quería
despegar, pero algunos volúmenes y formas se aferraban en que permanecieran en
el suelo.
El ser libre ya no lo era, sus alas se habían
convertido en bloques y trataba de moverlos esperando un desdichado futuro.
Siento que la fotografía no tenga calidad,
pues la hice hace tiempo con una cámara compacta analógica, y la obra ya se
vendió.
Os dejo con la canción de Serrat, “Plany al
mar”. Una canción que cada vez que la escucho, siempre me hace pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario