Escultura, Arte y Música

Escultura, Arte y Música



martes, 29 de enero de 2013

¿Qué hay de verdad?


¿Qué hay de verdad en los sueños?

¿Qué hay de verdad en los gobiernos o en la democracia?

¿Qué hay de verdad en la anarquía?

¿Qué hay de verdad en la cultura?

¿Qué hay de verdad en los libros?

¿Qué hay de verdad en la justicia?

¿Qué hay de verdad en el pasado, en el presente y el futuro?

¿Qué hay de verdad en la magia?

¿Qué hay de verdad en el cine?

¿Qué hay de verdad en los periódicos?

¿Qué hay de verdad en la naturaleza?

¿Qué hay de verdad en la red?

¿Qué hay de verdad en el aire?

¿Qué hay de verdad en la religión?

¿Qué hay de verdad en la televisión?

¿Qué hay de verdad en una sonrisa o en un llanto?

¿Qué hay de verdad en el fracaso y en el triunfo?

¿Qué hay de verdad en las personas?

¿Qué hay de verdad en mí?

¿Qué hay de verdad en ti, o en los otros?

Y amigos.

¿Qué hay de verdad en el arte?

domingo, 27 de enero de 2013

From the cradle. Intro...


Hace tiempo que llevaba pensando en esto, y no me decidía, no sé bien el porqué, vaguería, dejadez, o simplemente que lo vas dejando.

Ahora es el momento, y no me preguntéis porque lo hago, pues ni yo mismo lo sé.

Quiero hacer un apartado en este blog dedicadas a todas las personas procedentes de Ávila, (que no son pocas) que trabajan en el mundo del arte en sus diferentes variantes, como la música, el espectáculo o las artes plásticas.

No tienen porqué vivir o trabajar aquí, son sus raíces y su cuna, (como dice el título del post), lo que me interesa. Por ello todas las semanas iré incluyendo alguna pequeña reseña y alguna imagen o video de todos ellos.

De momento os dejo para abrir boca, con la canción “Someday after a while” del disco From the cradle de Eric Clapton, cuyo título me venía “que ni pintao.”
 
 

lunes, 21 de enero de 2013

¿Dónde hacemos fotos?


Una simple pregunta puede llegar a veces a un debate interesante.

Hace unos días, cuestionándonos sobre si en un museo o galería de arte se deben dejar hacer fotografías, surgieron deferentes elementos de discusión.

En primer lugar, a unos les parecía una estupidez hacer una fotografía de una obra, pues la obra en cuestión ya estaba catalogada y se podía observar, tanto en los libros como en internet.
Otros veían, que bastante gente se hace fotografías junto a alguna obra, para simplemente justificar a su entorno que habían estado en ese determinado museo…

Opiniones hay para todos los gustos.

Muchas veces, lo interesante de fotografiar, no es la obra, sino capturar el entorno, el ambiente o el momento.

Este debate me recordó, los años en los que estuve realizando ferias de artesanía por diferentes lugares.

No había feria en la que los visitantes, con sus cámaras o móviles, fotografiaran lo que allí estaba expuesto. A mí, en particular nunca me molestó que hicieran fotos de lo que yo exponía. Quizá lo único que me incomodaba era que no me pidieran permiso, por lo demás me daba igual, incluso me sentía alagado.

Por el contrario, a muchos de mis compañeros de feria, esta situación les producía un tremendo rechazo. Esgrimían razones de todo tipo, pensando por lo general que serían plagiados.
Curiosamente estos mismos ofrecían a los clientes propaganda o folletos explicativos de su obra, cosa que a mí me parecía absurdo, puesto que ahorraban “trabajo” al cliente.

Si alguien te quiere plagiar, (como decía un amigo mío), lo tiene fácil, te compra el artículo, lo destripa, y con  todo el tiempo del mundo, ya en su casa lo puede analizar para ver cómo está realizado.

Por otro lado, personas que no dejan fotografiar su obra o producto lo están exponiendo en internet o en catálogos de todo tipo.
Que fotografíen tu obra no tiene porqué ser negativo, todo lo contrario, es una manera de que llegue a más público, y no debemos estar siempre en alerta o pensando mal, porque entonces es mejor no sacar nada a la luz.  

Os dejo con unas citas sobre el plagio.

El secreto de la creatividad es saber cómo ocultas tus fuentes.
Albert Einstein
Los buenos artistas copian, los grandes roban.
Pablo Picasso
Aquellos que no quieren imitar nada, producen nada.
Salvador Dalí
No es de dónde sacas las cosas, es a dónde las llevas.
Jean-Luc Godard
Uno puede robar ideas, pero nadie puede robar ejecución o pasión.
Timothy Ferriss
 

martes, 15 de enero de 2013

Hace muchos, muchos años...


Llevaba esperando ese momento mucho tiempo, y no tuvo fácil acercarse hasta allí. Con las medidas de protección y la prensa que la rodeaba era complicado acercarse.

Antes de llegar a ella tuvo que pasar por varios controles y arcos de seguridad, le cachearon y le tomaron la documentación. Se sentía como un delincuente.

Pasados unos minutos, tras su presentación en la rueda de prensa, unos vinos y unos canapés mediocres, ella se quedó sola. Daba la sensación que no le importaba a nadie y que su presencia en aquel lugar, no era más que una manera de dar publicidad al edificio.

Él no entendía por qué esa belleza podía quedar así, abandonada y desprotegida.

Miró a su alrededor y no vio a nadie, estaba a solas con ella. Con un cierto nerviosismo se fue acercando, su mirada iba de lado a lado de la habitación, buscando alguna cámara, o a alguien rezagado. Con la seguridad de que nadie le observaba, acercó sus manos a su contorno, mientras ella permanecía inmóvil. La observó de cerca, acarició y reconoció sus formas, sintió su espacio y la atmósfera que la rodeaba.

De repente un ruido ensordecedor, rompió la magia, y salidos de no se sabe dónde, cuatro guardias de seguridad se abalanzaron sobre él, le tiraron al suelo y le pusieron una esposas, le condujeron a una pequeña sala en la que tan sólo había una mesa y dos sillas, y algún que otro embalaje usado.

No entendía nada, ni la actitud los guardias, ni las preguntas de sus interlocutores. Estaba viviendo un mal sueño.

Tras dos horas de interrogatorio absurdo le dejaron marchar, pero no sin antes recogerle sus datos para no volverle a dejar entrar allí.

Salió de aquel lugar contrariado, con una sensación extraña, y a medida que se alejaba le vinieron a la mente muchas preguntas.

¿Por qué tanto interés en traer a aquella belleza? No era una estrella de cine, ni salía habitualmente en los medios. Sólo la conocían los de un círculo muy concreto. ¿Por qué la dejaron sola? ¿Por qué no le dejaron acariciarla, si la escultura está para ser tocada?

Marchó triste, porque se aprovecharon de ella, porque el concepto que él tenía del arte era otro, porque no respetaron la soledad de la obra, porque la convirtieron en mercancía y los ojos que la veían en aquel lugar, simplemente eran ojos curiosos.

Marchó triste.

Él con sus manos la había creado, la había dado forma y vida, aunque no fuera para permanecer entre esas cuatro paredes.


Parte de aquel escultor, que nunca desveló su nombre, estaría para siempre junto a ella, pues él siempre creyó en el arte, no en la mercancía.