Escultura, Arte y Música

Escultura, Arte y Música



viernes, 31 de mayo de 2013

From the cradle // One Cover Band


Hoy viernes continuo con la sección From the cradle. En esta ocasión con una nueva banda que lleva ya unos meses funcionando. Se hacen llamar One Cover Band.

Músicos que nos interpretan versiones de diferentes autores, tanto del panorama nacional como internacional.

Aquí os dejo con una versión de Fito y los Fitipaldis, espero que os guste.
 
 
 

 

lunes, 20 de mayo de 2013

Una nueva página web


Hoy recibo una agradable noticia, por fin, una persona que se dedica a este difícil mundo del arte, abre página web.

Se trata de una persona que conocí hace ya unos años, cuando gané el primer premio de escultura ciudad de Ávila, allá por el año 2000.

Cuando por aquellas fechas  estuve buscando un taller de confianza para ejecutar la obra de gran formato en acero cortén y bronce, se me cerraron las puertas en varias empresas. Unas porque no se fiaban del proyecto, de otras no tuve respuesta y otra, con la que colaboro, en ese momento su presupuesto era muy alto para este trabajo.

Buscando más opciones encontré un taller de fundición en bronce en Madrid, que fue el que me puso en contacto con la persona que abre la página web de la que hablo.

José Luís que así se llama, aunque los amigos le llaman “Pepe el barbas”, vio el boceto, hablamos, y al cabo de unos días me dio precio. Una cantidad que esta vez sí se ajustaba a mi presupuesto.

Mientras realizaba la obra, estuvimos en constante contacto y muy a menudo me acercaba a su taller de Madrid (EMAR Esculturas y Metales Artísticos) para ver el progreso de la obra.

He pasado tiempo en su taller, hemos comido juntos en muchas ocasiones y he tenido la oportunidad de conocer a una persona entrañable, que trabaja el metal como si fuese papel de fumar.
Una buena persona, que cuando se me cerraron muchas puertas, el me abrió las de su taller.
Él confió en mi obra, me dio apoyo y sobre todo confianza.

Tras aquella obra vinieron otras dos más, ejecutadas perfectamente, (otras están en espera) mientras tanto yo visitaba su taller, y veía obras de otros escultores.

He tenido la suerte de conocer a Pepe, hemos entablado una buena amistad, y  aunque llevemos tiempo sin trabajar juntos, por los motivos que os podéis imaginar, espero no tardar mucho tiempo en tener que volver a pedirle presupuestos, porque, ya no solo lo que a mí me ha realizado está bien hecho, hay que ver otras obras de envergadura realizadas por él para darse cuenta que hablo de un profesional de los grandes.

Desde esta plataforma y sin su permiso, os dejo el enlace de su página, sobre todo, para todo aquel escultor que no conoce, o no sabe quién le puede realizar su obra perfectamente y a un precio muy razonable.

 

 
 
 
Primer premio Ciudad de Ávila
de escultura año 2000

 

lunes, 13 de mayo de 2013

Cálido atardecer


Continuando con el post anterior, el debate mantenido aquel día, no se limitó a hablar sobre fotografía, y como suele pasar en muchas ocasiones, comenzamos a hablar de lo que era y lo que no era arte, pero ya dentro de la pintura y otras artes plásticas.
Como suele pasar dentro de algunos ámbitos, no se entiende, que un cuadro puramente abstracto tenga el mismo valor que uno figurativo o realista.

No quiero entrar en gustos, puesto que como yo, todo el mundo tiene sus preferencias. Mis preferencias, van con mi estado de ánimo y con el día, figurativo, realismo, abstracto, hiperrealismo, al igual que con la música, puedo escuchar heavy, blues, rock, clásica, new age, ópera… en definitiva, lo que me produce algo. Valoro por igual todas las artes y tendencias, aunque unas me gusten más que otras.

Aquel día, en el que mi interlocutor no entendía, o mejor dicho no valoraba algunos tipos de arte, y más concretamente el abstracto, no pude por menos que enseñarle el fondo de pantalla de mi teléfono y comentarle que ese cuadro, ese que tengo en casa, a mí me produce unas sensaciones tremendas, no cansándome de observarlo día a día. Creo, que hace unos meses lo incluí en un post y hoy repito, ¿por qué no?

Ese cuadro, ese de Martina Dasnoy, como sucede con toda su obra, no hay que entenderlo, hay que mirarlo, pues el buen arte no hay porqué juzgarlo, simplemente hay que sentirlo.

Os dejo con una entrevista de eitb, a Martina Dasnoy, un minuto y medio con una extraordinaria pintora y gran persona.
 
Cálido atardecer
 
Cálido atardecer
 
 
Gracias Martina

miércoles, 8 de mayo de 2013

Ahí está la diferencia…


Cualquier momento o situación es buena para hablar de arte, y casi siempre surgen posiciones encontradas.

Hace unos días surgió en mi entorno la idea, que si la fotografía era arte, y si es así, si era más o menos arte que la pintura.

Las razones esgrimidas por parte de mi interlocutor eran tan sencillas, como que la pintura requería de unas habilidades que en fotografía no eran necesarias.

Evidentemente, para realizar una buena fotografía no es necesario manejar un pincel, tampoco saber la cantidad de óleo que debes usar para lograr los resultados que buscas ni tantas otras cosas…

La pintura es pintura y la fotografía es fotografía.
Son cosas que no se deberían comparar, como tampoco valoramos si el Blues o la Ópera tienen más o menos valor que el Folclore popular.
Hablamos de cosas diferentes, y por lo tanto no deberían ser comparadas en cuanto a su valor artístico. Otro aspecto es, lo que podríamos denominar “la cocina” en cuanto a lo que se tarda en realizar una u otra obra.
Alguno se sorprendería del escaso tiempo que se tardaron en hacer muchas pinturas mundialmente famosas y bellas.

En definitiva, lo que nos debería importar es el resultado final.

Volviendo, no obstante, a esa “cocina”, taller, laboratorio o estudio, tenemos que ser conscientes que los tiempos cambian, y al igual que (en general) los pintores ya no fabrican sus colores ni sus pinceles, el fotógrafo, ahora cuenta con una herramienta importantísima en el resultado de sus fotografías, como son los programas de edición o revelado de sus archivos.
Un teclado, un lápiz digital o un ratón de ordenador son los pinceles del fotógrafo, a lo que sumariamos un buen monitor donde visualizar y controlar la imagen que queremos procesar. Si no los sabemos manejar adecuadamente, esa imagen al final no funcionará.

Todos sabemos, o por lo menos los que nos dedicamos a este mundo, que una cosa es, ver una foto en un monitor y otra muy distinta es controlar y tener la certeza, que esa imagen que vemos en una pantalla tenga las mismas características que la que recogemos del laboratorio o de la tienda de fotografía.

Todos nos hemos llevado sorpresas, cuando esa foto que tanto nos gustaba en casa, no tiene nada que ver con la copia final en papel.
Hemos tomado una buena foto, hemos capturado un instante, como diría Cartier Bresson, hemos recorrido un montón de kilómetros para encontrar ese rincón, pero al final no hemos sabido controlar el resultado, los colores no son los mismos, ahora esos grises se convirtieron en azules o en negros, ya no tenemos amarillos pues ahora son naranjas, dejamos de ver algunos detalles… Ahí está la diferencia entre un fotógrafo profesional y el que no lo es, ahí está la diferencia entre un buen pintor y un aficionado, ahí está la diferencia.

Me comentaba mi interlocutor, que para él, el pintor o el escultor tienen que dominar una técnica, trabajan con sus manos y su obra requiere un tiempo. Pero ¿acaso el fotógrafo no domina una técnica? ¿No le lleva tiempo procesar sus imágenes? ¿Cuál es la diferencia? ¿El olor a disolvente o aguarrás? ¿El polvo de la piedra o las virutas de madera o de metal?

Los tiempos cambian y ahora el fotógrafo no sale a tirar fotos como lo hacían sus colegas a finales del XIX o durante casi todo el siglo XX, tampoco suelen revelar sus negativos ni positivar sus copias (alguno todavía queda), ahora, una de las cosas que requiere la fotografía digital, es precisamente el control de los archivos o de las tomas, que es “la cocina” de la fotografía actual. Ese dominio o esa habilidad para manejar los programas informáticos.

En lo que sí puedo estar de acuerdo, es en que la pintura está mejor considerada socialmente, pero mejor que incluso la escultura u otras artes. Pero esto no es más que un problema de educación, pues hemos sido educados, por lo general, más para la pintura que para las otras artes, aunque esto no signifique que tenga más o menos valor.

En cuanto a que si la fotografía es arte, rotundamente sí.
¿Toda la fotografía? Por supuesto que no, ni tampoco toda la pintura, toda la escultura, todo el cine, toda la literatura…

Y, como he terminado en alguna ocasión con una cita de James Whistler, hoy no podía ser menos.

 “El arte sucede”

Ahí está la diferencia…

 

jueves, 2 de mayo de 2013

From the cradle // Jorge Marazu

Tras unos días de "parón técnico", hoy os presento a otro autor de estas tierras. En esta ocasión Jorge Marazu.
Os dejo con una reseña suya de "LastFm", y con un video. Espero que os guste.

Donde cada palabra dibuja una secuencia y cada estrofa configura una historia de las de verdad, de las que dejan huella y en ocasiones duelen. La música de Marazu es una apuesta por las emociones que todos hemos vivido pero sólo unos pocos saben reflejar gota a gota.

Jorge Marazu (Ávila, 1986) es un joven cantante y compositor pero sobre todo un enamorado de la música. Arropado por Basilio Martí y Juanmi Santiago, su actual propuesta refleja una sólida evolución. Madurez alcanzada tras años de defender su música maleta en mano - primero en solitario y luego con el grupo «Bipolaire» - por los escenarios de Madrid, Barcelona y Castilla y León.

Con la idea de ofrecer una propuesta diferente dentro de la escena nacional, Marazu se ha ido labrando un nombre en el panorama músical. Con tan sólo 24 años, su tema «Miedo» fue elegido por Sergio Dalma para abrir su disco «Trece».

El sentido de Marazu es darle importancia a las cosas que quitan y dan todo el sentido. La contundencia de su mensaje radica en la fuerza de la autenticidad, la ausencia de artificios. Marazu canta a lo que ama o le hace sufrir, canta a sus placeres y sus vicios, fuerza y flaqueza, contradicción, ficción, recuerdos. Mujeres, amigos, amores. Nuestra vida, en definitiva.

Parado siempre junto a una guitarra, su última historia será cualquiera de las nuestras. Su tabla de salvación en forma de canciones se convierte así en el refugio de los que le escuchan.