Hace exactamente dos años presentaba en este
blog la página web de un gran amigo, http://sculpturess.blogspot.com.es/2013/05/una-nueva-pagina-web.html.
Hace dos días, mi buen amigo José Luis (Pepe
el barbas) nos dejaba tras sufrir una maldita enfermedad.
Con un nudo en la garganta y los ojos
humedecidos trato de escribir un post que jamás había pensado compartir. Me
cuesta mucho acertar con las teclas del ordenador, pues hay tantas cosas que
quisiera decir que las palabras y los recuerdos se entrecruzan.
Mi profundo dolor se suma al de su familia y
al de sus amigos. Si, al de sus amigos, porque hace tan solo unos días, con la
voz medio apagada, me decía que era rico en amigos, cosa que no puede afirmar
tanta gente.
Uno no se podía imaginar entonces que sería
la última vez que hablaría con él, ni que nos dejara tan pronto.
Se ha alejado un extraordinario amigo y a la
vez que se ha ido parte de mí.
Los amigos que le queríamos y que nos sentíamos
queridos por él, hemos quedado huérfanos al sentir un tremendo vacío. Los
escultores que trabajaron con él, entre los que me encuentro, han perdido un
fabuloso profesional.
Pepe era capaz de conseguir lo imposible, lo
que otros talleres no eran capaces de hacer. Pepe era ese “mercenario” como
decía, que no tenía reparos en aumentar de tamaño maquetas que todo escultor le
llevaba al taller.
Se denominaba él mismo como un artesano al
servicio del artista. Ante todo un hombre humilde que trabajó con grandes
escultores.
Pepe estaba acostumbrado a trabajar con
ellos, pero para él todos éramos iguales. Su confianza en mi obra y sobre todo
su generosidad al brindarme su amistad, me llenó de orgullo.
Pasamos muchas horas en un taller que sentí
como mi casa, compartimos mesa y mantel en numerosas ocasiones, en las que
hablamos sobre todo de escultura y de las muchas anécdotas que me contaba
acerca de la obra de otros escultores.
Pepe estuvo presente en las inauguraciones de
mis últimas exposiciones, aspecto que agradecí enormemente, pues aunque no
hubiera intervenido directamente en la creación de las obras, esas esculturas también
eran parte de él.
Siempre que le necesité para algo estaba
allí, sin pedir nada a cambio, a él le bastaba la amistad.
Me cuesta tanto creer que nos ha dejado, que
no acierto a expresar lo que siento en estos momentos. Para mí, este post es
muy duro, y probablemente sea el último que escriba si alguien tan cercano me
deja.
Entre lágrimas no quiero aceptar su muerte,
entre lágrimas no quiero olvidar su amistad, entre lágrimas espero que algún
día, mi buen amigo Pepe reciba un gran homenaje por parte del mundo del arte,
porque gracias a él, todos tenemos la oportunidad de disfrutar de su trabajo.
Mi tristeza y desolación me impide seguir
escribiendo a pesar de la cantidad de cosas que fluyen por mi cabeza. Ahora, lo
único que puedo es dar gracias por haber encontrado un amigo de verdad.
"Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por
doler me duele hasta el aliento…"
M. Hernández.
No me resulta difícil encontrar un tema
acompañar este dolor que siento.
Un beso amigo mío, jamás te olvidaré.
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