Continuando
con el post anterior, el debate mantenido aquel día, no se limitó a hablar
sobre fotografía, y como suele pasar en muchas ocasiones, comenzamos a hablar
de lo que era y lo que no era arte, pero ya dentro de la pintura y otras artes
plásticas.
Como suele pasar dentro de algunos ámbitos, no se entiende, que un cuadro puramente abstracto tenga el mismo valor que uno figurativo o realista.
Como suele pasar dentro de algunos ámbitos, no se entiende, que un cuadro puramente abstracto tenga el mismo valor que uno figurativo o realista.
No
quiero entrar en gustos, puesto que como yo, todo el mundo tiene sus
preferencias. Mis preferencias, van con mi estado de ánimo y con el día,
figurativo, realismo, abstracto, hiperrealismo, al igual que con la música,
puedo escuchar heavy, blues, rock, clásica, new age, ópera… en definitiva, lo
que me produce algo. Valoro por igual todas las artes y tendencias, aunque unas
me gusten más que otras.
Aquel
día, en el que mi interlocutor no entendía, o mejor dicho no valoraba algunos
tipos de arte, y más concretamente el abstracto, no pude por menos que
enseñarle el fondo de pantalla de mi teléfono y comentarle que ese cuadro, ese que
tengo en casa, a mí me produce unas sensaciones tremendas, no cansándome de
observarlo día a día. Creo, que hace unos meses lo incluí en un post y hoy
repito, ¿por qué no?
Ese
cuadro, ese de Martina Dasnoy, como sucede con toda su obra, no hay que entenderlo,
hay que mirarlo, pues el buen arte no hay porqué juzgarlo, simplemente hay que
sentirlo.
Os
dejo con una entrevista de eitb, a Martina Dasnoy, un minuto y medio con una extraordinaria
pintora y gran persona.

No hay comentarios:
Publicar un comentario