Escultura, Arte y Música

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lunes, 18 de febrero de 2013

Un pueblo ignorante...


Entramos en cuaresma, y multitud de cofradías se preparan para salir a la calle. Es momento de sacar a la luz parte del patrimonio artístico, un patrimonio que durante un año ha estado guardado en naves, almacenes, museos o iglesias.

Falta poco para Semana Santa, e innumerables esculturas saldrán a la calle en procesiones acompañadas por penitentes, capuchones, bandas de música y feligreses.

Se verán pasos con un valor artístico incalculable, y algunos de ellos, será ahora la única oportunidad que tendremos de poder contemplarlos. Otros por el contrario carecen de valor artístico, siendo su interés espiritual lo que les da sentido.

En diferentes lugares se exponen de manera permanente algunos de estos pasos que recorren nuestras calles, pero es, en este tiempo cuando realmente son vistos.

Miles de personas se congregarán para participar de una tradición, bien por devoción o simplemente como parte del folclore popular.

Está bien aunque sólo sea para dar la oportunidad a personas que no visitan museos, de “empaparse de arte” de vez en cuando.

Tenemos la suerte de tener unas obras magníficas, con unos policromados estupendos. Unas tallas que hay que mimar y que merece la pena que sean  divulgadas.

Reconozco que no es el tipo de escultura que a mí me apasione, pero, aunque tuviera mucho dinero, tampoco me compraría un Ferrari, esto va en gustos.

Tristemente, en unos años dejaremos de ver este arte, debido a su deterioro y en muchos casos a su mala conservación.

Siento repetirme, ¡otra vez la crisis! Recortes en cultura, arte y restauración, y nuestro patrimonio en peligro.

Cientos de restauradores en paro, a los que en muchas ocasiones no se valora suficientemente su trabajo, y que gracias a ellos conocemos parte de nuestra historia. Profesionales que cambiarán de actividad, y enseñanzas que irán desapareciendo con el tiempo.

¿Qué pasará con nuestro patrimonio?

Puedes ser creyente o no, pero lo que es cierto, es que una tradición como la Semana Santa ayuda por lo menos a mostrar algo de arte. Aunque las tallas que salgan, a veces, no sean buenas y la devoción que se tiene por estas solape la imagen física de la misma.

Estas obras de arte, como otras, necesitarán ser tratadas y el responsable de turno, encargará a personas no profesionales su restauración, (puesto que ya no quedarán profesionales) y estas terminarán por destrozar lo que tienen entre las manos.

Todos conocemos casos de este tipo, muy sonados. ¿Quién tiene la culpa?

Lo peor de no apoyar la cultura, no es sólo la falta de inversión, es dejar de lado algo tan importante como nuestro pasado, mirar hacia otro lado y hacer la vista gorda, abandonando la cultura y el patrimonio en mano de oportunistas, nuevos ricos, políticos sin sensibilidad alguna y especuladores.

Intentando creer en un cambio, acabo con una cita de Simón Bolívar que todos hemos oído en alguna ocasión.

“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.

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