Escultura, Arte y Música

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viernes, 25 de mayo de 2012

Somewhere Over The Rainbow I

El mundo está lleno de pequeñas alegrías: el arte consiste en saber distinguirlas.
                                                                          
                                                            Li Tai-Po

Desde que arrancamos por la mañana, con los ojos medio cerrados y con el rostro marcado por esas arrugas de la almohada, un mundo maravilloso nos espera.
Un gran escenario y esas pequeñas cosas a las que nos les damos importancia, o simplemente no nos percatamos que existen, esperan ante nosotros.
En más de una ocasión seguirán ocultas ante nuestra mirada, pero están ahí, simplemente tenemos que aprender a ver.
Todo lo que nos rodea contiene algo inspirador, algo, que sabiendo plasmarlo lo podemos convertir en una obra de arte, aunque no todo el mundo tenga esa capacidad de observación, al igual que no todas las personas tienen aptitudes para ser matemáticos o futbolistas...

Un cielo azul manchado por las nubes, una mirada cruzada o un gesto pueden ser el comienzo de una buena pintura. Esta podrá ser de diferentes maneras, dependiendo de la personalidad de quien la realiza, pero su base ha sido similar.
Un conjunto de edificios, arropados por un determinado ambiente se transforman en una escultura, o por qué no, en un maravilloso grabado.
Esa visión de aquella imagen que tantas veces hemos visto en postales o guías turísticas sufre una metamorfosis en el objetivo de un fotógrafo. Un punto de vista diferente.
Un detalle o una forma casual provocada por la naturaleza se convierten en poesía.
Así es, el arte es más sencillo de lo que aparentemente parece: Todo lo que vemos plasmado en una escultura, un lienzo, una fotografía o en un grabado ya lo hemos visto, lo que sucede es que no nos hemos parado a observar.
Observando y teniendo sobre todo la mente abierta, el arte contemporáneo resulta más asequible al receptor.

Un objeto cotidiano lo podemos descontextualizar y darle un nuevo significado al materializarlo en una obra.
Esto no es nuevo, y se ha hecho desde hace siglos. Un jarrón realizado para albergar un líquido o un cuenco ha pasado de ser un objeto utilitario para formar parte de la decoración de una casa, estos se han decorado, adquiriendo así más valor.
El origen de una planta o una flor no es el domicilio de uno, es el entorno natural, pero las usamos para formar parte de nuestras vidas urbanitas.
No nos sorprendamos tanto, si nuestras casas son decoradas con envases de determinados productos, el arte también ha sacado de contexto el paisaje natural y urbano, y no debería ser necesario tener que dar tantas explicaciones.
Y como se dice habitualmente, una imagen vale más que mil palabras, y con esto es con lo que nos debemos quedar.





2 comentarios:

  1. Al final, todo es una cuestión de saber mirar. Me ha gustado mucho.
    Un abrazo

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  2. Gracias Fernando. Eso es, saber mirar. Es una forma de aprendizaje fantástica.
    Un abrazo

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