Cuando
uno se embarca en un proyecto de este tipo, no lo hace por casualidad ni por
capricho.
Nacer
en un ambiente, donde el arte siempre ha estado presente, influye en tus tempranas
decisiones. He tenido la suerte de ser el menor de ocho hermanos, cada uno
diferente, pero todos con una cierta sensibilidad hacia lo bello.
Podía
haberme dedicado a cualquier otra profesión, haber hecho otras cosas muy
diferentes y alejadas de mi actividad, pero hubo algo que me atrapó en este
mundo de lo necesario, que son las artes plásticas.
Pude
haber nacido en otro ambiente, pude haber tenido otras amistades, estudiar
otras cosas, o simplemente no haber hecho nada.
Fue
mi decisión, y no me arrepiento. Me embarqué en un proyecto de vida difícil, en
soledad, donde todo lo relacionado con la cultura, apenas se le da importancia.
He luchado durante años para consolidad mi obra, sorteando dificultades y aprendiendo de ellas, me he aferrado a un sueño,
pero todavía queda mucho por aprender, aunque el camino nunca es fácil.
Podía
haber llegado más alto si hubiera hecho otras cosas, o simplemente si hubiera prostituido
mi obra. Esa no era una opción, y continué luchando…
De
una u otra forma, sigo trabajando en mi sueño y afianzando mi lucha.
No es
tan diferente el uso de diferentes materiales y herramientas, si la meta es tu
obra. Da igual usar unas gubias, un equipo de soldadura, un cincel o un teclado
de ordenador, porque al fin y al cabo, lo importante es la obra en general.
Aunque
los años pasen, nos veamos fuertes, con arrugas y pequeños brotes bajo
nosotros, siempre estaremos verdes…
A una encina verde "Serrat"
No hay comentarios:
Publicar un comentario