Escultura, Arte y Música

Escultura, Arte y Música



martes, 12 de junio de 2012

Diferentes maneras...

Diferentes maneras de sentir, de expresar, de ver…

Arquitectura, pintura, escultura, fotografía, grabado, y ¿porqué no? música, danza, cine, teatro, poesía, novela…
De alguna manera, arte. Arte para un espectador, un receptor, que recibe unas sensaciones provocadas o construidas por un creador.
Creadores que han decidido hacer de su pasión su vida, han estudiado y se han formado para ejercer una profesión vocacional.
Su principal herramienta, la más segura, y a la vez la más frágil es su cerebro. Dependiendo de este, todo su éxito o fracaso.
Un creador, (me gusta más esta palabra que la de artista, puesto que hay más creadores que artistas, un artista necesariamente no tiene que ser creador, y un creador puede hacer cosas que no se consideren arte) idea y construye su obra en función de innumerables circunstancias, internas y externas. Circunstancias personales, dadas por su entorno como la familia, el barrio, la ciudad o el pueblo y el país donde habita.
Diferentes maneras de ver, de sentir, de expresar que tienen los creadores, y son recogidas por un público, que al igual que sucede con la percepción del creador de la obra, puede variar.
Una misma obra tiene infinitas interpretaciones, sensación de indiferencia, placer, excitación, admiración, apatía, relajación, calma, negación, estrés, rechazo, aburrimiento, melancolía, soledad, tensión, desasosiego, ansiedad, inquietud,  deseo, emoción, esperanza, impotencia, estimulo, satisfacción, asombro, éxtasis, sorpresa, ira, confusión, miedo, ternura, angustia, euforia, solidaridad, pena, desconcierto, rabia, plenitud, indignación, culpa, frustración, felicidad, hambre…
Diferentes sensaciones y lecturas para una misma obra, me llevan a unas dudas con respecto al arte. Realmente ¿Nuestra percepción del arte, es libre o sufre una manipulación externa? ¿Qué grado de importancia tiene nuestra memoria? ¿La mejor lectura del arte, la más acertada sería una lectura virginal como la de un niño, o incluso esta, está manipulada?  
Si una obra, en un momento de nuestra vida, nos provocó apatía o rechazo. ¿Cómo es posible que nos pueda producir esperanza en otras circunstancias?

El creador no siempre realiza su obra basándose en un concepto teórico o en una serie de razones profundas. Simplemente, el placer de jugar con los materiales o el espacio, es suficiente para hacer nacer una obra y no pretende que esta, tenga una lectura más allá de la puramente estética.
Aun así, en ocasiones el receptor busca significados ocultos o un sentido sobre lo que está observando. Esto, sin intervención del creador genera un dialogo, obra-receptor que enriquece lo que un día salió de un taller o estudio.

Nos encontramos frente a un cuadro con un fondo plano, monocromo, y sobre este, un pequeño gorrión, que no sobrepasa el 3% del total del cuadro. El pintor quería realizar, sin más, un gorrión con un fondo plano.
Algunas personas observaran el cuadro, como lo que es, un gorrión.
Otros por el contrario, sin analizar si el pequeño pájaro está soberbiamente pintado, encontraran en el lienzo la soledad del ser humano o la indefensión del mundo animal. Verán en el ojo del gorrión una mirada hacia su futuro incierto, como una metáfora sobre la vida, e incluso sentirán lástima porque el animal no puede volar…
Cualquier sensación anteriormente citada, podría producirnos este cuadro, si llegamos virginales a su lectura o si en nuestra memoria tenemos presentes, momentos anteriormente vividos.

¿Creadores, críticos y curadores son responsables de generar esa necesidad de comprender, que tienen algunos receptores de una obra para que guste?

Diferentes maneras de expresar, de ver, de sentir…

No hay comentarios:

Publicar un comentario