Todo el arte
desde sus orígenes ha desarrollado grandes cambios en cuanto al concepto,
técnica y materiales, y centrándonos en la pintura y la escultura, considero
que esta última ha evolucionado mucho más que la pintura.
La pintura,
un arte bidimensional no deja de ser una superposición de materiales sobre un
soporte plano. Las pinturas y pigmentos han variado su composición química, así
como la preparación del soporte, (bien sea lienzo, tabla u otro material) a
favor de los artistas, y la herramienta para “colocar” estratégicamente estos
materiales también ha mejorado.
Esto ha
servido para experimentar nuevas técnicas y concebir la pintura de formas
diferentes.
El cambio es
asombroso y lo podemos comprobar observando las pinturas primitivas, los
mosaicos romanos y en todo el arte pictórico que ha llegado hasta nuestros
días.
Surgen nuevos
conceptos, y a mediados del siglo XX, Lucio Fontana en su Manifiesto Blanco busca
la tridimensionalidad del cuadro mediante cortes en el lienzo.
Esta búsqueda
del espacio la han perseguido pintores a lo largo de la historia, bien en sus
pinturas o haciendo escultura. Algunos de ellos llegando a ser considerados
más escultores que pintores.
También ha
sido la base del escultor desde sus primeras obras, y jugando con el espacio
usando diversos materiales.
Sí, la
escultura también ha evolucionado, y desde mi punto de vista más que la
pintura.
Esto no
quiere decir que sea ni mejor ni peor, simplemente es una forma de expresión
distinta.
Desde este
blog no quiero en absoluto menospreciar un arte tan sublime como la pintura. La
realidad de la escultura, si bien va de la mano de la pintura, sufre más
transformaciones.
Los
materiales utilizados cambian, así como las técnicas usadas en los mismos. Se
crean herramientas y maquinaria para ayudar al escultor y esta herramienta le
ha permitido formar nuevos conceptos espaciales.
A diferencia
del pintor, que aún sigue buscando la fórmula magistral de las pinturas de los
clásicos, el escultor ha aprovechado las nuevas tecnologías para crear su obra.
No sabemos
que perdurabilidad tienen algunas formas de realizar determinados cuadros y si
llegarán a durar tanto tiempo como determinadas obras del Renacimiento o el
Barroco. En este sentido, vemos como determinados pintores usan colores que con
el tiempo acaban apagándose, al igual, por qué no decirlo, el deterioro que
sufren ciertos materiales usados por escultores.
El barro
crudo y cocido, la madera tallada, policromada, la piedra, el cobre y el
bronce, el hierro, el acero e innumerables metales, la resina, plásticos o vidrio, son los materiales más usados a lo largo de
la historia por los escultores, todos ellos trabajados de manera diferente,
dependiendo de la técnica y la herramienta del momento.
No se trata
de evaluar el concepto de la pintura o la escultura a lo largo de la historia,
puesto que toda tendencia artística tiene diferentes formas de representación.
Lo que cambia
considerablemente es el concepto de Arte. Antes de comenzar el último cuarto
del siglo XX, “todo estaba inventado”, y a partir de ese momento la nueva
creación artística sufre grandes transformaciones. Lo que tradicionalmente se
hacia en pintura y escultura ya estaba hecho, lo único que cambia es la manera
de expresarlo del autor. Todo el arte “tradicional” es ecléctico, pues se basó
en lo anterior, en lo visto y estudiado, y de alguna manera todos los que nos
dedicamos a realizar pintura o escultura somos parte de una pirámide, y depende
de nuestro trabajo agrandar la base de esta.